Fuente: Comisión Chilena de Cobre.

Un reciente informe proyecta que, para el año 2034, la industria minera del cobre en el país consumirá 23,7 m³/s de agua, con un crecimiento anual del 2,3%. La demanda de agua de origen continental se reducirá un 39% respecto a 2022, alcanzando los 7,15 m³/s, mientras que el uso de agua de mar aumentará en un 157%, llegando a 16,53 m³/s.

Este cambio responde a la adopción de minerales sulfurados, que requieren procesos más intensivos en agua, y a la caída en la ley del mineral, que obliga a un mayor consumo para mantener la producción. Se prevé que el 69,8% del agua utilizada por la minería provenga del mar.

Además, el 81,2% del consumo total de agua en 2034 corresponderá a proyectos con permisos ambientales aprobados, mientras que el 18,8% estará asociado a proyectos sin autorización ambiental, lo que genera incertidumbre sobre su viabilidad.

Esta tendencia refuerza el papel clave del agua de mar en la sostenibilidad del sector minero y plantea desafíos en infraestructura y regulaciones ambientales.