
Fuente: El Comercio
Perú ha sido históricamente un actor clave en la producción mundial de cobre. Sin embargo, en los últimos años, la competitividad del sector minero ha sufrido un deterioro debido a diversos factores, entre ellos la tramitología extensa, la incertidumbre regulatoria y los conflictos sociales. A pesar de estos desafíos, la región de Cajamarca podría convertirse en el epicentro de la producción de cobre en el país, impulsando significativamente la economía nacional.
Un Potencial Gigante en Cobre
La ejecución de los proyectos mineros actualmente en cartera permitiría incrementar la producción nacional en un 73%, lo que ayudaría a que Perú recupere su posición como el segundo mayor productor de cobre en el mundo. Actualmente, el país ha sido superado por el Congo, que ocupa este puesto por segundo año consecutivo.
Cajamarca, con una producción estimada de 869,000 toneladas métricas finas (TMF), lideraría esta expansión, consolidándose como la región con mayor producción de cobre en el Perú, superando a regiones tradicionalmente mineras como Cusco, Apurímac, Arequipa, Moquegua y Áncash.
Además, si se lograra ejecutar todos los proyectos en cartera, la producción nacional de cobre pasaría de 2.7 millones de TMF a 4.6 millones de TMF anuales. Esto no solo significaría un impulso para la economía del país, sino que también fortalecería la posición del Perú en el mercado global del cobre.
Barreras que Frenan el Crecimiento
A pesar del gran potencial minero del país, existen obstáculos que limitan su desarrollo. Uno de los principales es la burocracia y la tramitología excesiva. Según estudios, los procesos administrativos para proyectos mineros en el Perú han pasado de 12 a 265 en los últimos 20 años. Además, los trámites en la cadena de valor minera pueden tardar entre seis y siete años, más del doble del tiempo normativo, lo que afecta la ejecución oportuna de los proyectos.
Por otro lado, la gestión de conflictos sociales sigue siendo un reto clave para el sector. De los 46 proyectos mineros en cartera en 2023, 23 se encontraban paralizados debido a problemas sociales, lo que evidencia la necesidad de un enfoque más efectivo en la relación entre el Estado, las comunidades y las empresas mineras.
El Contexto Global y la Demanda de Cobre
La importancia del cobre en la transición energética mundial es cada vez más evidente. Según S&P Global, la demanda de cobre podría alcanzar 50 millones de toneladas anuales para 2035, el doble de su valor en 2022. Este crecimiento será impulsado por la electrificación, el desarrollo de energías renovables y el avance de la inteligencia artificial.
Aprovechar esta oportunidad no solo consolidaría la posición del Perú en la industria minera global, sino que también tendría un impacto directo en la economía nacional. Según estimaciones del Banco Mundial, un aumento en la inversión minera en cobre y una correcta reinversión de los recursos fiscales derivados de esta actividad podrían incrementar el PBI potencial del Perú del 2% al 3% para 2035, con un efecto positivo en la reducción de la pobreza, similar a lo que ocurrió en Apurímac tras la puesta en marcha de grandes proyectos mineros.
¿El Momento de Destrabar la Minería en el Perú?
El futuro del sector minero en Perú depende de la capacidad del país para superar los desafíos actuales. Reducir los tiempos de tramitación, mejorar la gestión de conflictos y brindar estabilidad jurídica serán claves para atraer inversión y consolidar a Cajamarca como la nueva capital del cobre en el país.
Con el crecimiento de la demanda global y un mercado que busca proveedores confiables, Perú tiene una oportunidad única para fortalecer su rol en la industria minera. Sin embargo, el éxito dependerá de decisiones estratégicas que faciliten la ejecución de proyectos y permitan aprovechar al máximo el potencial del sector.
¿Será este el momento clave para que el Perú recupere su liderazgo en la producción de cobre?