
Fuente : el comercio
La urgencia de una solución integral
En el Perú, la minería informal sigue siendo un desafío persistente que afecta tanto al sector minero formal como al Estado y al medio ambiente. A pesar de los esfuerzos por formalizar a los mineros artesanales a través del Registro Integral de Formalización Minera (REINFO), el proceso aún enfrenta serios obstáculos. Más del 90% de los mineros informales operan en concesiones ajenas, lo que genera conflictos con los propietarios de los derechos mineros.
Según cifras recientes, el 70% de las concesiones invadidas por mineros informales pertenecen a otros pequeños mineros y mineros artesanales, mientras que el 30% restante es de grandes empresas. Esta situación evidencia la complejidad del problema y la necesidad de políticas más efectivas para garantizar la seguridad jurídica y el acceso a una minería responsable.
El reto de la formalización y el REINFO
El REINFO fue creado como una herramienta clave para la formalización de los mineros informales, pero a la fecha, miles de mineros inscritos no han logrado cumplir con los requisitos necesarios. En total, existen 64,732 registros en el REINFO, de los cuales 5,400 han sido excluidos y otros 19,000 se encuentran suspendidos por no haber demostrado avances en su proceso de formalización.
Uno de los principales problemas es la trazabilidad del oro, ya que sin un mecanismo efectivo para controlar el origen del mineral, la comercialización del oro extraído informalmente sigue proliferando. La falta de coordinación entre instituciones como el Ministerio de Energía y Minas (MINEM), la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT) y el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) agrava esta problemática.
Plantas de beneficio y el destino del oro informal
El 70% del oro extraído por la minería informal pasa por plantas de beneficio, donde se procesan los minerales para su posterior comercialización. En el Perú, existen 8,355 plantas de beneficio, de las cuales 2,598 están en operación y 5,757 han sido suspendidas por diversas razones.
Una de las preocupaciones es que el 30% del oro informal se procesa in situ, lo que dificulta su trazabilidad y aumenta los riesgos ambientales. La minería informal a menudo emplea métodos altamente contaminantes, como el uso indiscriminado de mercurio, que afecta gravemente los ecosistemas y las comunidades cercanas.
Propuestas para una formalización más efectiva
Expertos en la materia han señalado que la clave para reducir la minería informal radica en la depuración del REINFO y en un mejor control de la trazabilidad del oro. Algunas de las soluciones propuestas incluyen:
1. Depuración del REINFO: Excluir a aquellos mineros que no han demostrado avances reales en su proceso de formalización para evitar que el sistema se utilice como un escudo legal para la informalidad.
2. Fortalecimiento de la trazabilidad del oro: Implementar sistemas tecnológicos que permitan rastrear el origen del oro desde su extracción hasta su comercialización, evitando que el mineral informal ingrese al mercado formal.
3. Mejor coordinación entre entidades del Estado: Crear mecanismos de trabajo conjunto entre el MINEM, SUNAT y OEFA para garantizar una fiscalización más eficiente y evitar el lavado de oro ilegal.
4. Incentivos para la formalización: Ofrecer beneficios tributarios y acceso a financiamiento para aquellos mineros que cumplan con los requisitos de formalización.
5. Zonificación y ordenamiento del territorio: Identificar áreas específicas donde se pueda desarrollar la minería artesanal de manera sostenible y con el respaldo del Estado.
Impacto económico y ambiental
El sector minero, tanto formal como informal, juega un papel crucial en la economía del país. Se estima que la minería informal genera alrededor de 300 millones de dólares al año, aunque gran parte de estos ingresos no se registran en el sistema tributario. Esto representa una gran pérdida de recursos para el Estado, que podrían ser utilizados en educación, salud e infraestructura.
Desde el punto de vista ambiental, las regiones más afectadas por la minería informal son Madre de Dios, Puno y La Libertad, donde la deforestación, la contaminación de ríos y la afectación a la biodiversidad han alcanzado niveles alarmantes. En Madre de Dios, por ejemplo, la minería informal ha devastado miles de hectáreas de bosques tropicales, poniendo en peligro especies únicas y contribuyendo al cambio climático.
Conclusión
La minería informal en el Perú sigue siendo un problema de gran magnitud que requiere soluciones urgentes. Si bien la formalización es un camino viable, su implementación debe ser más estricta y eficiente. La depuración del REINFO y el fortalecimiento de la trazabilidad del oro son pasos clave para reducir la minería ilegal y promover una actividad minera responsable y sostenible.
El reto es grande, pero con una mejor coordinación entre el Estado, los empresarios mineros y las comunidades, es posible transformar la minería informal en una oportunidad de desarrollo para el país.